Clases presenciales

Verónica Narváez

Doce del día de un lunes me encontré revisando los mensajes del grupo de escuela de mi hija, me doy cuenta que la maestra pidió a las 9h00 que se imprima un dibujo sobre el cual debían trabajar los niños en clases de las 10h00. Ya me pasó días antes que habían enviado otro link de conexión y claro por horario laboral para mi es imposible asistir en clases a mis hijos, y ahí estábamos acumulando faltas y tareas, yo una mamá a punto de colapsar.

Casualmente se dio la oportunidad de conocer que hay una unidad educativa que se encuentra con modalidad presencial de forma voluntaria, sin duda esa fue mi voluntad urgente.

A unos días de acogernos al sistema presencial, mis padres fueron vacunados y hoy con más tranquilidad hemos retomado la rutina de clases presenciales. Me permito compartir esta experiencia especialmente por el bienestar que dio a mis niños, están motivados, tienen actividad física permanente, pocos compañeros y las instalaciones dan garantía de distanciamiento.

Les envío su «lunch», el cual los preparo con un entusiasmo único que no tenía antes, definitivamente en mis circunstancias lo mejor que me pudo pasar fue tener la opción de volver a la presencialidad.

Hoy valoro terriblemente el acompañamiento de madres, padres, abuelos o particulares en las clases virtuales de niños, en algunos casos al logrado la independencia y solvencia de sus hijos y en otros han logrado limar su paciencia hasta casi «bendita».

Y ni hablar de los maestros, como procuran preparar todo y garantizar su conexión y el manejo de las plataformas.

Si usted tiene hijos quizás coincida que la experiencia en el ámbito educativo es fuerte, esperemos que la vacunación masiva nos permita retomar la rutina pronto.

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