Carta abierta a la ministra de Salud

José Manuel Aguilar Reyes

Soy Doctor en medicina veterinaria, ecuatoriano, de reciente residencia en los EEUU, la suficiente para percatarme asombrado, como la corrupción horadaba inmisericorde, los débiles pilares del caduco sistema de salud en mi país, dejando muerte, miseria y rebeldía en las familias de los ecuatorianos, que impasibles miraban de cerca y observamos de lejos, los estragos dejados por la pandemia, que a más de los impactos del virus, las acciones del hombre nos paralizaron de impotencia y rabia, redoblado en mi caso, al notar que este país alberga a muchos de ellos, no sé por cuánto tiempo, pero sí el necesario para que la justicia llegue y extermine estas malas raíces que se expanden por el mundo.

Deduzco la elevada misión que le espera, requiriéndose verdaderas oleadas de apoyo superior y de las profesiones relacionadas, para que sus objetivos se cumplan. En este corto espacio debo resaltar lo más sustancioso. Para mí, debe empezar por redactarse el nuevo Código de la Salud, pues el escrito, está lleno de vacíos e incongruencias que no define el sistema de salud que necesitamos en Ecuador, tornándolo imposible de aceptarse, entendible porque fue escrito por una comisión política, alejada de la participación profesional de los colegios, que lógicamente estaban ausentes, al dictaminarlo así el gobierno de Correa en su Art. 2 del Decreto Ley 2757 que sucintamente dice todavía: que la afiliación a una organización profesional debe ser voluntaria, no debiendo obligarse a nadie hacerlo, dejando como consecuencia el abandono de los colegios y de las federaciones de profesionales que sencillamente no existen y como tal diluyéndose la voz profesional de la salud.

Se puede continuar así, imposible; considero, debe empezar por derogarse los artículos que nos asfixian y permita respirar a la colegiatura en Ecuador.

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