Vuelvo a abordar la urgencia de Gestión de Aguas Residuales en las ciudades, creo que durante los 54 años transcurridos de cantonización de Santo Domingo, en ninguno de los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial transcurridos se priorizó la Gestión de Aguas Residuales con toda la connotación social y comunicacional necesaria, me imagino oficinas y pasillos donde reina el silencio de las obras enterradas, el lema que lo que no se ve no da votos, fue acrecentando una problemática que está a punto de colapsar y eso para todos en el futuro inmediato. Digo para todos, porque ya para muchos es una crisis terrible que se combina con la falta de agua potable. Herencias que debemos enfrentar y no tiene opción ni prórroga.
Escucho seguido a varias mujeres, en ese eco de ser quienes velan prioritariamente por cuantos hogares en la provincia, somos el género que por varias razones vive a diario las consecuencias de ríos contaminados, falta de agua, mujeres que ven por sus hogares, niños, adultos mayores.
En el engranaje de las competencias ambientales como en cualquier otro mecanismo de gestión cuando una parte falla repercute en todo un proceso; las causas de fallas son múltiples; Sin embargo, lejos de ser acusadores buscamos ser solución.
Para poder ser parte de los cambios, es fundamental conocer las realidades, diagnósticos locales, crear información base, ya que solo conociendo los elementos claves podemos apuntalar esfuerzos para que desde los diferentes espacios de la sociedad podamos contribuir.
Gobierno nacional y local cantonal, en sus competencias, escuchen la naturaleza y al pueblo mandante, no urgen que se desentierren con mayor fuerza los proyectos de la aún faltante obra enterrada del alcantarillado.