Quid Pro Quo

Henry Basurto Jimbo

La visión general de las personas se enfoca en la autosatisfacción, que no está del todo mal, pero si el lograr objetivos personalísimos sin dar nada a cambio, nos convierte en seres indolentes, poco conscientes de la realidad y del entorno. Es verdad que existen necesidades insatisfechas, sobre todo a nivel del gobierno central, pues hay una deuda histórica que no ha sido pagada ni en tiempos de bonanza y ahora en crisis es cada vez más notoria.

Me refiero a la desigualdad social, que es una tarea difícil de lograr para las nuevas generaciones de gobernantes, no sabemos si en algún punto de nuestras vidas podemos decir que todo está equilibrado, pero lo que sí es seguro es que mientras mantengamos el “mío por lo mío” no saldremos de la brecha, ni tampoco arrimaremos el hombro para tener mejores condiciones de vida, lo cual es vergonzoso escuchar de cierto tipo de gente, y que lo que le espera al país sea menos catastrófico.

Los valores morales juegan un papel importante, porque no es lo mismo proponer que imponer, usando a la ley para cumplir ese fin, ya que lo que es obligado no se hace como se debe, sino para cumplir y qué importa si se lo hace bien o mal, el asunto es hacerlo para evitar multas. Es aquí cuando el camino fácil aparece y disfrazado de buenas acciones, que debajo del tapete hay corrupción y otras cosas similares.

Las buenas costumbres se enseñan y se practican, si queremos una sociedad más justa, debemos enfocarnos en lo que realmente importa. Para algunos es importante el trabajo, para otros la educación, para otros los emprendimientos y los negocios, para otros lo más importante es cuanto valor damos al compartir lo que tenemos, darles tiempo a las relaciones, darle tiempo al tiempo y sobre todo dar algo con cariño y recibir lo mismo con el mismo cariño.

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