Planificación vs improvisación

Guillermo Angamarca| Diario La Hora
Guillermo Angamarca

Guillermo Angamarca Izquierdo

En ninguna actividad humana civilizada se evidencia más la necesidad de planificar que en la gestión pública. Omitir, o improvisar, puede conducir al caos y experiencias nocivas para el desarrollo de las sociedades.

Se entiende por improvisación, según la Real Academia Española (RAE), hacer algo súbitamente, sin estudio ni preparación. Entiéndase, en la gestión pública, sin proyectos ni presupuestos previamente debatidos y aprobados.

Por el contrario, la planificación del accionar gubernamental representa la previsión ordenada, estudiada, plasmada en sendos documentos habilitantes. En el Ecuador estos se llaman Plan Operativo Anual (POA), a corto plazo, y el Plan Estratégico Institucional (PEI) a largo plazo.

En cuanto a la gestión pública territorial del GAD-Quevedo, más allá de la consideración de la conveniencia o no de los puentes deprimidos y elevados de reciente factura, y del puente que enlazará las parroquias urbanas San Camilo con la Nicolás Infante Díaz (NID), es innegable que debió estar contemplada en el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT). No debe olvidarse que esta es la herramienta principal de planificación de los niveles descentralizados y que el GAD-Q estaba obligado a realizarlo.

Este plan debió seguir puntualmente las fases básicas: diagnóstico, propuesta y modelo de gestión. En lo relativo a la propuesta concreta del nuevo puente San Camilo-NID, debió socializársela debidamente a nivel de todos los estamentos sociales involucrados. Debe haber evidencia de la ejecución de esta fase.

Respecto de la fase del diagnóstico, debieron considerarse los factores concomitantes del entorno. Vale decir, se entiende que el propósito del puente es que los vehículos que ingresan a la ciudad por la vía Valencia no atraviesen sus arterias y prosigan –a través del nuevo puente-  por la hermosa avenida de cuatro carriles, vía a Quito. Pero si los transportes son públicos, tendrán obligadamente que ingresar a la ciudad, porque el terminal terrestre está dentro de sus límites. Y luego salir de él hacia la vía Quito. Con ello devendría el problema de un inevitable caos vehicular.

Ergo, para solucionar tal problema, habría que cambiar la ubicación del terminal terrestre y llevarlo más allá de la rotonda (Monumento a los héroes del Cenepa), donde accede la vía desde el puente, o éste no cumpliría su objetivo. Eso también debió planificárselo.