Pitufiambato

Nicolás Merizalde
Nicolás Merizalde

Hago esta columna desde la preocupación y los arrestos que me brinda la lógica porque me resulta realmente exasperante pensar que en el PUGS 2033 se prohíba el crecimiento vertical de la ciudad por encima de los 5 pisos a lo largo y ancho del cantón. Los avances de los últimos años en materia de construcción podrían verse seriamente contrarrestados por esta propuesta dañina y nunca mejor dicho, corta de miras, que seguramente llegará a aprobarse con la mayoría suicida que el alcalde ha consolidado en el concejo.

Que conste que no soy técnico en la materia, pero estoy convencido de que también nosotros, los ignorantes, necesitamos una explicación al respecto. Que nos expliquen porqué siendo la provincia más pequeña, la ciudad más densamente poblada y con el parque automotor más grande se nos condena a expandir nuestra mancha urbana encareciendo la vivienda, agregando más caos vehicular y disminuyendo nuestra calidad de vida de aquí al 2033. ¿Acaso no existe un metro cuadrado en toda la ciudad capaz de soportar el crecimiento vertical que es a la vez sostenibilidad y cohesión urbana?

El alcalde de la planificación, esa voz sin eco, una vez más ha dejado esas explicaciones para después. Mientras tanto hay quienes estamos ciertamente preocupados de que se nos condene a ser Pitufiambato, parafraseando un breve artículo de Ambatoscopio en Facebook de esta semana.

Acaso será que tras un empecinamiento infructuoso acabará dando marcha atrás como lo hizo frente a la Eeasa ante su propuesta de reformar, mejor dicho, remodelar el punto caliente de la Av. 12 de Noviembre o probablemente pasará sin pena ni gloria, pero con daño como sucedió con el cambio de comisiones y la reorganización municipal de meses atrás.

Una lástima, vamos camino de Pitufilandia pero no hay señales de Papá Pitufo.