Otra vacuna más

Iván Paredes

Se reiniciaron las tensiones, molestias y desacuerdos por la tercera vacuna que la población ecuatoriana debe hacerlo, tal vez, no se exprese tácitamente que es obligación, pero en su trasfondo sí que lo es; y, no estamos incitando a su negativa, ni al derecho a la resistencia, más bien, es un análisis desde las dos posiciones contrapuestas que nos tienen a la ciudadanía en la disyuntiva que es lo correcto para el individuo y la sociedad; por lo tanto, nadie debe sentirse alterado ni molesto.

A raíz del descubrimiento del denominado Covid-19, cuyo nombre científico es Sars-CoV-2, en el año 2019, en Wuhan, China, los expertos han detectado varios miles de mutaciones, si bien, no todas presentan dificultades hay mutaciones oponen resistencia a las vacunas, como el caso de la variante Delta que ha provocado vacunar a la población mundial por tercera vez, a pesar de su desacuerdo deben hacerlo, porque la exigencia estatal es mucho más fuerte que cualquier libertad o condición humana.

Entonces, las primeras dos vacunas no fueron lo suficientemente efectivas para inmunizar y desechar la mutación de la epidemia y, ya lo dijeron los expertos que es para elevar anticuerpos en caso que hayan descendido. Pero, resulta insólito que las dos vacunas duren, apenas seis meses generando un desconcierto en su veracidad, aclarando que aún están realizando estudios para determinar si es necesaria su tercera aplicación. Por ello, ciertos países aún no han decidido vacunar a su población, siendo necesaria para aquellas personas que tengan mayor riesgo de enfermedad grave; es más, los Centros para el Control y la Prevención de enfermedades, recomienda la tercera aplicación luego de los 28 días posteriores a la segunda dosis para personas inmunodeprimidas ante enfermedades graves. Esperemos que las autoridades responsables sepan dirigir de la mejor manera tan delicada decisión.