La Contraloría General del Estado, del Ecuador ha determinado por responsabilidades en estos últimos 4 años glosas por $2.933 millones y multas por $ 25 millones, lo que evidencia que en este último período los resultados de las acciones de control han superado los récords de auditorías anteriores.
El incremento de los montos de sanciones administrativas, civiles y penales que se evidencia en estos últimos 4 años, demuestra que el rol de la Contraloría debe cambiar, ya que su intervención como control posterior, no genera resultados eficientes y oportunos para el manejo de la cosa pública, y esto ha ocasionado que dentro de la Institución el manejo del desvanecimiento de glosas y responsabilidades se vuelva un negocio por el cual se obtiene un porcentaje, como lo demuestra el Caso las Torres.
Es el momento en el que se debe pensar en un ROL DIFERENTE del organismo de control encaminado hacia el acompañamiento y asesoramiento con un tipo de control concurrente que genere oportunidades de mejora antes y durante los procesos previos a la erogación de los recursos del estado.
Bajo este nuevo esquema de control la independencia del Auditor debe prevalecer ya que su acompañamiento no deberá comprometer su criterio de evaluación posterior, es importante recalcar que este nuevo rol de la Contraloría deberá estar acompañado de una campaña que involucre a todo el país para fortalecer los valores, en particular la ética, la moral, el orden y la empatía desde el hogar, la escuela y el trabajo.
El control concurrente, tiene un enfoque esencialmente preventivo, que consiste en acompañar al gestor público en la contratación de un bien, servicio u obra, para alertar oportunamente sobre los riesgos y situaciones adversas identificadas durante el servicio de control, con el propósito de que se adopten las medidas correctivas y preventivas del caso.