Nuestra historia, es nuestro futuro

Emily Torres Larriva

Han transcurrido un par de días de la conmemoración de la batalla de Pichincha, fecha cada vez más desapercibida y menos recordada, indudablemente nuestra historia se va perdiendo en el tiempo, acontecimientos que van quedando únicamente en planificación de vacaciones y descanso producto del feriado nacional.

Para refrescar la memoria esta hazaña liderada por Antonio José de Sucre, líder venezolano, encargado por Simón Bolívar, para encabezar la liberación de Quito de las manos españolas, proeza ocurrida el 24 de mayo de 1822 en las faldas del Pichincha, luego de siglos de explotación, abusos y esclavitud, heroica gesta que logró poner punto final a la dependencia del país del yugo español.

Conocer la historia nos hace más sensibles, más patriotas y más leales a nuestra patria, refrescar hechos vehementes, furtivos, antecedentes de engaño, de sometimiento y rendición de nuestros antepasados, debe ser causal de reflexión y análisis permanente, porque si bien es cierto Ecuador es un país democrático y soberano, aún existen escenarios donde clandestinamente se vulneran derechos de la mayoría de ecuatorianos.

Que los ejemplos de Sucre, Bolívar, Calderón y miles de guerreros que dieron su vida por la liberación y la emancipación ecuatoriana sean una bandera permanente de fervor y respeto por nuestra patria.

Para esta pequeña exposición es muy oportuna la frase de Hideo Cojima “Aquel que conoce la historia puede también hacer el futuro. Hacer el futuro y pasar sobre el pasado es lo mismo”.

Es trascendental cultivar el amor y respeto a nuestras raíces, respetar la cultura que poco a poco se desvanece y sobre todo recordar a próceres de la historia, actos que deben ser fortalecidos y consolidados a toda escala, nos compete ser mejores ciudadanos y luchar por todas las injusticias y “vivezas” de pocos que aún nos siguen sometiendo a pobreza, subdesarrollo, desigualdad y miseria.

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