No elegimos presidente sino un restaurador de la República

Lasso, sabe cómo recuperar la economía nacional; pero no propone el cambio de la estructura delincuencial de: fraude electoral, corrupción, abuso de bienes nacionales, destrucción de la familia, inseguridad, injusticia e impunidad, impuesta en Montecristi. Ante el auge del sicariato, plantea equipar a la Policía, que es correcto, pero no alivia el gasto en seguridad, permitiendo a los ciudadanos el porte de armas, lo cual le permite tener, al menos un patriota guardián, en cada hogar, sin costo. Esto hace posible elitizar a la fuerza pública, especializándola en antiterrorismo, depurando FFAA y PPNN del personal no apto para operaciones especiales. Estas actuaciones deben estar contempladas en el primer Decreto Ejecutivo y un equipo ya trabajando en la Consulta Popular, que es el mecanismo idóneo para no generar conflicto por imposición y lograr una gran base de legitimidad, en las políticas que implemente, porque todas deben salir de una pregunta simple, directa que le hace al pueblo; por ejemplo: «¿Ordena que nadie, en el sector público, gane más del cuádruple del SBU, durante los próximos 10 años; excepto profesores, médicos y fuerza pública? Solo en esa pregunta tiene un significativo ahorro que le permite aumentar a 500 el SBU, mantener el empleo, sin despedir burocracia, pero eliminar latisueldos que son un insulto al pueblo que sobrevive con 90 al mes. En el caso del ejemplo, le permite racionalizar el gasto burocrático, sin opción a alegar «derechos adquiridos», porque la disposición surge de la Consulta al pueblo, en quien radica la soberanía, base de legitimidad y autoridad. (Art. 1; 104 inc.2do; 106 inc.final CR). Espero comprenda Lasso que no estamos eligiendo un presidente, como en la época anterior a la década infame. Vamos a elegir un gran restaurador de la República democrática y el Estado de derecho, destruidos durante el régimen narco-comunista 2007-17.

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