Las motos son un peligro

Cecilia Chacón

La necesidad de movilización y con la pandemia se despertó una dinámica diferente en el tránsito. El uso de motos y su incremento en el parque automotor especialmente en ciudades de la sierra fue elevándose rápidamente. Ahora es pan de cada día que te rebasen por la izquierda o la derecha, que se pasen los rojos, que se te paren por delante para ganar puesto, que vayan más de dos como vehículo de carga, que vayan sin casco el conductor y pasajeros, y la novedad sin papeles o matrícula.

La carga vehicular en las ciudades hace que estas no sean para las personas, sino para quien tiene el poder en el volante. Las ciudades empiezan a ensanchar vías, calles, pasajes no para las personas, sino para los vehículos. Se han adueñado de los espacios vitales invadiendo la necesidad de lugares públicos seguros.

Me refiero ahora a las motos, que no tienen ni dios ni ley. Pregúntele al Sistema de Salud la serie de emergencias recibidas por colisión con motos. Aumentan los pacientes de manera significativa. No respetan nada. Salvemos las excepciones de motociclistas responsables que saben que subirse a uno de estos aparatos es para sumarse a las leyes de tránsito, pero esos otros que les vale un que me importa la ley, juegan a las carreras zigzagueándose en maniobras circenses y viene lo peor, las motos son el vehículo preferido de los delincuentes y pregúntese si están matriculadas porque circulan tranquila y libremente.

Los gobiernos municipales tienen la competencia de tránsito, pero no se ven en control y revisión del uso adecuado; el personal deja pasar y deja de hacer. Las noches, los días, no importa la hora, estamos a merced de los irresponsables, de los que piensan que son dueños de las vías. Los que nos asaltan no tienen ni una multa, no están registrados, no nada. Es indignante que los buenos ciudadanos que necesitan y se transportan en estos vehículos paguen por los que todo les parece un juego.

Los municipios tienen, deben hacer un control diario en los lugares estratégicos, claves y de mayor confluencia vehicular; haber, si por lo menos reducimos irresponsables y delincuencia.