Mitos económicos I

Dentro de la economía existen algunos mitos que se perciben como lógicos, y hasta atractivos, que seguramente han escuchado en algún momento de sus vidas. En esta ocasión quiero mencionar la “teoría del goteo” que, en términos llanos, consiste en disminuir impuestos a los más ricos y grandes empresas de un país para que, ese dinero que se ahorran, lo puedan invertir, creando, de esta manera, más empleo. El ingreso se redistribuiría “goteando” desde arriba hacia abajo, con un claro beneficio para todos. A esta “teoría” se suele recurrir en cualquier país cuando se plantea reducir impuestos a un determinado grupo de la sociedad.

Sin embargo, hace más de 400 años Galileo Galilei nos demostró que lo que parece evidente a simple vista, no siempre se asemeja a la realidad. Pese a que la economía no cuenta con un carácter estrictamente científico, sí cuenta con herramientas como la estadística para evaluar esta serie de ideas en su propio “laboratorio”. En concreto, un estudio del London School of Economics examinó 5 décadas de recortes de impuestos en 18 países desarrollados y determinaron que solo benefició a aquellos más acaudalados, pero no tuvo efectos en el empleo o el crecimiento económico. En cifras, el Fondo Monetario Internacional determinó que con el aumento de tan solo un 1% en los ingresos del 20% de la población más pobre se conduce a un incremento del 0.38% de la producción (PIB) de un país. Mientras que el mismo aumento de los ingresos al 20% más rico conduce a un decrecimiento de la producción del 0.08%.

En conclusión, los verdaderos motores de una economía son las clase media y baja, así como las pequeñas y medianas empresas. Ideas como la “teoría del goteo” responden más a una politización de la economía que de a una correcta praxis de la misma.

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