Matrix

Matías Dávila

En un prestigioso colegio de Quito, hace pocos años, se les pidió a un grupo de niños que dibujara un pollo. Uno de los niños dibujó el empaque (la caja de cartón) en el que venía el pollo frito que consumían en su casa. ¡Nunca había visto un pollo vivo! Pintó lo que hasta ese momento era su verdad.

Uno se ríe cuando oye o lee estas historias. Parecería que este tipo de cosas solo les pasa a los niños. Pero le pregunto: ¿cuántas “verdades” consume usted a través de los medios de comunicación, sin cuestionar su veracidad? ¿Cree todo lo que le dicen? Si le pedirían que “dibuje” su verdad, ¿que tan lejos estaría de dibujar la caja del pollo?

¿Me creería usted si le cuento que detrás de un escritorio, hay un señor que está manipulando los contenidos de la información que usted recibe, para que su forma de pensar sea diferente?

Pues ese “señor” diseña contenidos (ese es su trabajo) para que usted y yo recibamos “verdades” a través de la prensa, la radio, la televisión, los rumores que cuenta la gente en la calle y las redes sociales, para que sus clientes tengan un beneficio. “¡Es una locura!”, me dirá usted. No, lamento dañarle el imaginario.

Hay grupos poderosos y no siempre tan visibles, que contratan al “señor de los contenidos” por algunos motivos. Uno de esos podría ser el de distraer a la población con algún gran show mientras ese grupo de poder hace algo de dudosa moral: la firma de un contrato chueco con el Estado, por ejemplo. O qué pasaría si ese mismo grupo “oscuro” u otros quieren vendernos masivamente algo… pues le contratan al “señor” para que haga una historia de miedo y desesperanza y que la riegue por todas las vías comunicacionales posibles. Y por supuesto, luego de un tiempo él mismo se encargará de difundir la “buena nueva” de que -coincidencialmente- el grupo de poder al que él representa, ya tiene la solución para el problema que nos generaba pánico y desasosiego. A muchos de nosotros solo nos darán ganas de gritar “¡aleluya!”.

Amigo lector, ¡dibuje un pollo! Le invito a que cuestione la objetividad de la información que está consumiendo.