Malos ecuatorianos

Iván Paredes

No tienen perdón ni compasión de nadie aquellos individuos que, sin justificación alguna, o peor de los casos, por inclinación de un pensamiento político motivados por un seudo líder, afectan y destruyen los bienes del Estado, en especial, nuestra querida y respetada naturaleza.

Gracias a cámaras de seguridad privadas se ha podido detectar que muchos de los incendios forestales han sido generados y producidos por sujetos que, llevados por el mal, han prendido fuego en matorrales e inmediatamente expandiéndose y consumiendo grandes espacios de áreas verdes que circundan las ciudades, con el único objetivo generar caos a nivel nacional, y que, la responsabilidad recaiga en contra del gobierno de turno. Localizado y entrevistado por un medio televisivo nacional a uno de estos infelices que prendió fuego en los alrededores de Quito, se justifica diciendo que “estaba chumadito” y no sabía lo que estaba haciendo, además, que es una persona “intachable” pidiendo disculpas a la ciudadanía por el daño ocasionado; otro, de estos malos ecuatorianos aparece con una caja de fósforos encendiendo uno de ellos, y diciendo “el Panecillo estas quemando”, y riéndose burlonamente, pero en estos dos casos, existe evidencia que están junto a integrantes de esa organización política que apareció y ha destruido la historia y el porvenir del Ecuador, en donde, solo esta gente baja y personas sin escrúpulos pueden seguir siendo fanáticos y obedeciendo mensajes subliminales de quienes atracaron las arcas del Estado.

No pueden ser considerados como pirómanos, porque, esto es un trastorno psico-emocional de daño mental; por lo tanto, deben ser juzgados como incendiarios intencional y premeditadamente, con agravante del daño a la naturaleza, la vida y el ecosistema, más cuando, uno de ellos, al pedir disculpas públicas está aceptando su estupidez y, ‘A confesión de parte relevo de pruebas’; por tanto, debe recaer todo el peso de la ley y nunca salgan de prisión.