Una historia en un millón

Nadie se cansa
Brenda Valdivieso Vélez

Brenda Valdivieso Vélez

El pasado viernes, tuvo lugar el primer Tribunal Popular Feminista en el Ecuador, para visibilizar historias de violencia que experimentamos mujeres en diferentes ámbitos. Se compartieron testimonios contados desde la experiencia de cada víctima, sus familiares o representantes: violencia política; sexual; intrafamiliar; femicidio; y, desaparición. Cada una de estas historias reales, contadas desde el dolor de cada mujer y sus familias en la lucha y búsqueda de reparación por parte de un Estado que les ha fallado, me permite reflexionar también sobre la importancia de espacios de sanación y escucha verdadera para todas y todos.

Con este antecedente, me permito compartir con ustedes queridas/os lectores la historia de violencia sexual en perjuicio una niña que se encontraba en acogimiento institucional en el Centro al que represento. Pude llevar su testimonio a este espacio con diversos representantes estatales para que se tomen cartas en el asunto. Sin embargo, también lo comparto con la sociedad para generar conciencia sobre esta problemática.

En el país, 8 de cada 10 embarazos en niñas menores son producto de violencia sexual, por la falta de garantía de derechos y los débiles sistemas de protección para prevenir violencia en su contra.  En cuanto a la historia de “Juana” (nombre ficticio para proteger su identidad): ella es una niña de 14 años afrodescendiente quien ama bailar y la comida de la costa.  Junto a su padre y hermana se mudaron a Quito, en búsqueda de mejor educación. Juana tiene una grave discapacidad intelectual que no había sido detectada, por lo que desde su escuela reportaban solamente quejas acerca de su comportamiento sin brindar orientación sobre su condición, lo que generó que no tuviera acceso a una educación adaptada y especializada.

Cuando Juana tenía 13 años, fue víctima de violación múltiple (3 o 4 desconocidos, según recuerda), irrumpieron en su hogar y cometieron el delito. Como resultado, quedó embarazada y en la actualidad su hijo se encuentra en otro centro de acogimiento pues la maternidad tuvo como consecuencia fuertes situaciones de crisis emocional que empeoró salud.

Su historia, muy resumida en estas líneas presenta diversas y graves afectaciones a sus derechos, que quizás no podrían ser restituidos. Sin embargo, debemos conocer la realidad, pues existe una escala ampliada de “Juanas” que lamentablemente la afrontan, por lo que es necesario demandar seguridad e igualdad para todas y todos, especialmente para nuestra niñez.

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