Sólo sé que todo lo sé

Desechar la mediocridad
Desechar la mediocridad

Álvaro Peña Flores

A Sócrates se le atribuye la famosísima frase: “Sólo sé que nada sé”, que no es más que una actitud de humildad para reconocer nuestra ignorancia ante el descomunal mundo de sabiduría e información que existe. Dados los tiempos de hoy, según lo que se ve y se escucha hemos adoptado la actitud de “Solo sé que todo lo sé”. Tan sólo hace falta un tuit o una publicación en alguna red social, para validarla como real, certera y veraz, que no se tardará en compartirla.

Todos nos hemos visto tentados en algún momento de dar consejos de economía, espiritualidad, marketing o política en las redes sociales, sin saber más que lo que transmite un famoso influencers, igual o más ignorante que nosotros, o por lo leído en una publicación por ahí de gente que desconocemos. Esta arrogancia de creer saberlo todo fue estudiada por David Dunning y Justin Kruger, psicologos estadounidenses que realizaron un estudio en el que determinaron, “que la ignorancia genera más confianza que el desconocimiento”, dicho en otras palabras, los más ignorantes sobre un tema, sobrevaloran su capacidad, desestimando la capacidad de los que saben realmente, a este sesgo cognitivo lo denominaron efecto Dunning-Kruger.

Este efecto conlleva a hacernos algunas preguntas: ¿por qué nos cuesta tanto reconocer que somos ignorantes, que no sabemos o que necesitamos información antes de opinar?, o ¿por qué el que menos sabe es que opina con mayor seguridad? Un profesional no puede darse el lujo de verse ignorante porque pasa a ser un incompetente, un político no puede parecer charlatán porque se convierte en inútil. Y así, un montón de ejemplos que nos invitan a tener un pensamiento crítico, a contrastar la información y a desestimar nuestra ignorancia manifiesta, con lectura e investigación.

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