Álvaro Peña Flores
Increíblemente de un montón de chatarra se encontró una bicicleta BMX, aunque en muy mal estado: oxidada, sin asiento y con las ruedas desinfladas logró reparar y diseñar de la misma chatarra lo que en adelante sería su compañera y confidente de sueños, alegrías y tristezas. La pobreza como denominador común, el apoyo deficiente por parte de las autoridades a este deporte poco tradicional y la falta de confianza de todos, jugaron en contra de Richard Carapaz, que ahora se ha convertido en el deportista estrella del país, como ejemplo de superación, resiliencia y capacidad.
Ganador del Giro de Italia 2019, y tras él una serie de victorias que fueron el precedente para llegar a lo que ahora se ha convertido, en uno de los 20 ciclistas de mayor renombre en subirse al podio de las tres grandes vueltas: el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España. De Richard se ha hablado muchísimo, sobre todo el último año, cuando muchos de nosotros recién lo conocíamos, como ícono del ciclismo ecuatoriano y latinoamericano.
Y bien, ¿qué lo diferencia a Richard de muchos otros deportistas ecuatorianos? Sin lugar a dudas la humildad, esa sencillez que se le nota en su sonrisa y en su forma de expresar sus ideas, contrario a lo que muchos deportistas ecuatorianos ni siquiera conocen; lejos de las cámaras, del marketing y de la publicidad exacerbante que acompaña a este tipo de deportistas de élite, Richard se mantiene con un perfil bajo, dedicado a lo que tiene que estar: concentrado y preparándose para vencer las durísimas pruebas que el ciclismo lo exige.
El cambio generacional al que él hace referencia nos dice mucho de la atención en la que todos debemos enfocanos: sembrar la idea en la cabeza desde niños que somos capaces de hacer grandes cosas. Como siempre lo recalco la disciplina y resiliencia juegan un papel muy importante en todos los que ahora son campeones.