Eddy Arrobo Rodríguez
Ecuador celebra este 5 de febrero una nueva fiesta democrática y como deber de todo buen ciudadano acudiremos a las urnas para ejercer el derecho al voto y elegir con conciencia a las mejores propuestas y candidatos para lo cual hay que analizar si son o no realizables y si cumplen con el perfil para el cargo que quieren ser elegidos, los mismos que deberán dejar a un lado el beneficio personal y luchar por el bien común y el futuro de nuestra gente.
Ya los votantes hemos aprendido la lección de los tiempos de campaña, pues ahora se recibe de todo y se baila con todos, ya que siempre nos hacen promesas demagógicas que terminan en traición, los lobos se disfrazan de corderos, se vende humo con tal de beneficiarse de los votos; por eso es fundamental investigar, analizar, cerciorarse de quienes son los candidatos, de revisar sus planes de trabajo, sus historiales judiciales, de ver quienes los financian y con quienes se juntan.
Salvo algunas excepciones, la presente campaña electoral ha sido una copia de pasadas contiendas electorales, donde lo que prevalece es la fuerte inversión por todos los medios habidos y por haber, con el objetivo de impresionar y crear un triunfalismo y convencer a los votantes. Por otro lado, es penoso ver en la recta final una campaña sucia de desprestigio entre candidatos que desdice del buen comportamiento y de la honorabilidad que deben tener quienes nos representarán.
No nos queda más que pedir que al momento de realizar el sufragio lo hagamos con responsabilidad, eligiendo a mujeres y hombres que dignifiquen y den lustre a la institucionalidad del país, pensando en un futuro mejor de nuestras generaciones venideras y en el bienestar común, pues ya es hora de sepultar a los politiqueros de siempre que nos han engañado por décadas con su insolvencia moral.