Patrimonio de la humanidad

Desechar la mediocridad
Desechar la mediocridad

Álvaro Peña Flores

El 15 de mayo de cada año se celebra el Día Internacional de las Familias, efeméride que busca conmemorar el papel fundamental que la familia tiene en la sociedad, aportando seres humanos capaces y conscientes que sumen al desarrollo del mundo en el entorno en el que se desenvuelven. Si bien es cierto que a lo largo de los años ha evolucionado el concepto y los tipos de familia, la esencia de la misma no ha cambiado porque el aporte y contribución que la familia hace, marca la diferencia entre una sociedad disfuncional y fragmentada y una sociedad sólida y capaz de afrontar los problemas sociales que el mundo atraviesa hoy en día.

Hablar de la familia también se ha tornado algo controversial, sobre todo por el fenómeno de los cambios de mentalidad, las prácticas y estilos de vida del hombre moderno, que deslegitimiza la institucionalidad de la familia frente a la libertad que vive hoy en día. Tradicionalmente la familia se constituía como tal cuando se la formaba a través del matrimonio, y de las relaciones afectivo-conyugales y su función de reproducción y perpetuar la especie, temas que hoy en día están muy debilitados por las nuevas tendencias progresistas y los modelos de familia que se desean implementar.

No cabe duda que, en el aspecto psicológico, social y moral, la familia influye muchísimo de manera positiva en el desarrollo integral de sus miembros y el impacto que genera en su entorno. Es deber de todos quienes consideramos que la familia es el núcleo de la sociedad y forma parte del patrimonio cultural de la humanidad coadyuvar a preservar su unidad y todos sus elementos como son el padre, la madre y los hijos, como célula inalienable de la sociedad en todas las etapas y culturas de la historia.

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