Brenda Valdivieso Vélez
“Equipo”, “organización”, “sociedad”, y “democracia” son algunas palabras que nos pueden familiarizar con el arte del liderazgo. Este acercamiento a liderar es verdaderamente necesario pues nos permite visibilizar el valor de la toma de decisiones ciudadanas democráticas, a través de un o una representante que recoja demandas sociales.
Por estas razones, surge la necesidad de lideresas y líderes. Sin embargo, es muy importante conocer, participar y sobre todo practicar un liderazgo que a través de valores democráticos promueva la inclusión e intervención de todos los sectores de la sociedad civil. En este sentido, existen diversas formas y figuras por las cuales dicho liderazgo se puede ejercer: desde la presidencia de un país, hasta gerencias empresariales; representantes de organizaciones; y, de plataformas civiles para empoderar a ciudadanos y ciudadanas mediante el desarrollo de sus capacidades.
Permitamos pues, que nuestras acciones inspiren a otras y otros a soñar más, aprender más, hacer más y así convertirse en algo más. Solamente entonces, podremos liderar desde cualquier espacio hacia un verdadero cambio social, económico y/o político. Puesto, que la realidad se encuentra en constante transformación y construcción por parte de sus actores que somos cada uno de nosotros: ciudadanas y ciudadanos, cuyo deber es el de apersonarnos de la historia, territorio y raíces ecuatorianas para lograr componer modelos de acuerdo con nuestras propias necesidades para que éstas sean satisfechas. Ya que, si no sabemos de qué carecemos estaremos forzados a vivir privados de lo esencial: liderazgos inclusivos, participativos y democráticos que realmente deben ser fomentados en la actualidad.