Lindon Sanmartín Rodríguez
Con estas pocas líneas, quiero apelar a la conciencia de las personas y hacer causa común, para preservar la salud del entorno familiar y de todos nosotros. La tenencia de una “mascota” es de suma responsabilidad su cuidado y alimentación.
Al momento de comprar una mascota (perro), los posibles propietarios deberían preguntarse ¿cuáles podrían ser las consecuencias para la salud de su entorno familiar y de toda la ciudad?, información que deberían primeramente entrar en debate con la familia, para luego decidir si es conveniente o no la tenencia de un perro.
En estos días, somos testigos de observar el caminar de mascotas (perros) con sus dueños, y en cada parada marcan su territorio con los excrementos que dejan a su paso, estos desechos contienen parásitos, virus y bacterias que pueden provocar enfermedades gastrointestinales, oftalmológicas, quistes e incluso aborto en gestantes.
Para el Dr. Helmer Huerta, concejero médico en el portal digital “Vital” argumenta que “Entre estos parásitos figura el toxocaro que ataca el globo ocular y genera estrabismo en los niños, pérdida gradual de la vista e incluso ceguera; el ancylostoma giarda ataca el aparato gastrointestinal; el toxoplasmosis puede provocar problemas en el globo ocular y también aborto en madres gestantes o retardo mental en el bebé”
“Los canes se lamen el ano y allí hay parásitos. Por ello los niños no deben besar a los perros ni deben ser lamidos por estos. Las enfermedades parasitarias son crónicas, ello significa que un niño puede ingerir huevos de parásitos y recién enfermar de adulto o luego de muchos años. Además de transmitirnos enfermedades parasitarias los perros pueden provocar enfermedades virales (como rabia), y bacteriales (como leptospirosis que provoca problemas renales y también aborto en gestantes)”, dice el Dr. Huerta.
Ojalá que estos conceptos médicos, puedan hacer reflexionar a los propietarios de mascotas y preserven la salud de su entorno y del resto de la ciudad.