La belleza del arte de la duda

Positividad tóxica
Personaje lojano

Álvaro Peña Flores

12 Hombres en Pugna, película clásica de la que hablábamos la edición anterior hoy nos trae nuevas realidades de las que no podemos escapar. La sala donde se deliberará la decisión es figura de la sociedad siempre igual en todas las épocas, cerrada herméticamente por las estructuras de sus miembros.
Ante este escenario común, le acompaña la presión del clima, el calor; o más bien la coyuntura social que también realiza su aporte, presionando de una u otra forma para que la decisión sea rápida y conveniente para el sistema. Luego de que el jurado número ocho sembrara la duda, y que esta sea deliberada por todos, cada uno va aportando su criterio de acuerdo a lo que ha vivido y a lo que el mundo le ha mostrado, que la pobreza y el estrato social bajo, puede ser sinónimo de decadencia.
El desinterés y la indolencia, serán el denominador común para estos jueces, que hoy en día son signos del verdadero egoísmo que nos impulsan a vivir en una burbuja rimbombante, donde todo gira alrededor nuestro y el otro es el culpable. Y justamente esa culpabilidad es la que a través del arte de la persuasión y de la retórica, sin dejar de lado el sentido común que será el mejor aliado para el condenado, quedará sin efecto.
¿Cómo convencer a 11 hombres que cambien de opinión cuando todo apunta a que están en la verdad? De la misma forma que el mundo hoy convence que todo es lícito y permitido, con convicción. Es decir, con la certeza de que todos los puntos de vista son válidos siempre y cuando sean defendidos con claridad y en orden a la verdad.
La idea es no perder el arte de vivir negociando día a día el hacer el bien común. La vida es esta sala donde se nos presenta la oportunidad de plantear el encanto de la duda para negociar nuestras diferencias e identidades. La negociación va dirigida a los hombres, a lo que son, a lo que se cree que son, a lo que se quisieran creer que son o a lo que rehúsan ser. A ti y a mí.

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