Eddy Arrobo Rodríguez
Desde el retorno al régimen constitucional en el año 1979, con muchos contemporáneos, somos testigos de la gran cantidad de promesas vertidas por quienes han sido parte de las innumerables lides electorales, personajes de todos los bandos, sean de izquierda, derecha, centroizquierda e independientes, quienes con el único afán de ser elegidos a las diferentes dignidades, para captar el voto popular, demagógicamente, ofrecen y prometen, “el oro y el moro”, sin importarles las demandas y aspiraciones reales de nuestra sociedad.
A decir verdad, la población de la provincia de Loja se ha caracterizado por elegir por varias ocasiones a las mismas autoridades, conllevando con este accionar a un caciquismo político; una de las más grandes promesas sin cumplir de estos “caudillos”, es el que, para evitar el éxodo poblacional, fomentarán la producción agropecuaria, industrial, artesanal y turística, creando así, nuevas fuentes de trabajo.
Lo cierto es que estos caudillos han administrado años y la realidad de nuestros agricultores, artesanos, comerciantes, empresarios y emprendedores, es la misma, razón por la cual demandamos el consenso de las autoridades para construir el marco jurídico donde se establezcan las promesas incumplidas de campañas, como el de la concesión de beneficios tributarios, exoneración de pago del impuesto a la renta y patente municipal, fijar y controlar los parámetros del canon de arrendamiento de locales comerciales, fuentes de financiamiento con interés preferencial, maquinaria agrícola e insumos agropecuarios, entre otros.
Ya es hora de que los políticos entiendan, que el poder le pertenece a la gente, no a ellos y que los juramentos y promesas que realizan, no se deben convertir en una vil traición.