Emily Sanmartín Valdivieso
Hace unos días los medios de comunicación anunciaron el desencadenamiento de varias protestas en Irán, protestas que en un inicio se realizaron como muestra del rechazo y repudio hacia el asesinato de la joven Mahsa Amini a manos de la Policía de la Moral.
Para el pueblo iraní no solo fue indignante la manera en la que la joven fue asesinada, sino más indignante fue la razón de la agresión que sufrió Amini, pues según varios reportes se menciona que, al parecer, Amini fue arrestada y golpeada por “usar mal el velo”. Las protestas, que en un inicio se dieron como muestra del repudio social por el cruel asesinato de la joven iraní, ahora se convirtió en una manifestación a nivel nacional en contra del régimen islámico.
Como muchos recordarán, Medio Oriente es la región más conocida por tener un gran historial de constante atropello hacia los derechos humanos, en especial a las mujeres, pues en esa zona, las mujeres aún no poseen los mismos derechos que actualmente gozan las mujeres de occidente e incluso ellas están subordinadas a la autoridad de un varón.
En estas zonas, donde rige el código legal islámico tradicional, se permiten los matrimonios infantiles, se prohíbe la educación y la autonomía de la mujer en temas legales, sociales, políticos y económicos.
Actualmente, las manifestaciones se han expandido a 170 ciudades y a las 31 provincias de dicho país, a raíz de esto y según varios reportes, las manifestaciones han dejado cientos de muertos y aproximadamente más de 20.000 arrestos.
Las protestas empezaron principalmente de la mano de jóvenes universitarios, pero poco a poco la gente empezó a unirse a las protestas e incluso jóvenes de escuelas secundarias también han salido a luchar con las pancartas que dicen: “Liberen a los estudiantes encarcelados”, “La libertad es nuestro derecho”, sin embargo, una de las principales preocupaciones de varios veedores internacionales e incluso de los mismos manifestantes, es la constante represión de la Policía Antidisturbios, ya que según varios informes, esta se enfrentó a cientos de estudiantes, mediante el uso de gases lacrimógenos, pistolas con municiones de pintura y de perdigones de acero «no letales».
Las protestas han generado un ambiente de cooperación entre los manifestantes para hacer frente a la represión que durante años han vivido, esto como resultado ha logrado el aumento del rechazo hacia el Gobierno iraní.