¿Equidad o Casting Político?

Travesía Legal
Travesía Legal

Pablo Javier Villavicencio García

No hay nada como una buena dosis de democracia por la mañana. Y al parecer, en nuestro país, se están sirviendo porciones iguales de hombres y mujeres en el plato de la política presidencial. La nueva normativa estipula que cada binomio presidencial para las próximas elecciones debe estar integrado por un hombre y una mujer. Un paso, sin duda, desbordante de equidad y que hace reverdecer las esperanzas de igualdad de género.

El camino a la Casa de Carondelet nunca ha sido fácil, y ahora, con un alto en el camino para cotejar géneros, uno podría imaginar que los aspirantes se encuentran rascándose la cabeza en una escena digna de un cuadro de Norman Rockwell. ¿Cómo, se preguntarán, seleccionar a mi compañero de fórmula sin parecer que estoy haciendo una elección basada en el género?.

Por supuesto, la idea es noble. Quién podría negar el valor de dar un paso hacia la paridad de género en la política. Pero, como un excelente queso suizo, esta medida tiene sus agujeros. ¿Estamos seleccionando líderes basados en su género o en su capacidad para gobernar?.

Ahora, no nos equivoquemos. No estoy sugiriendo que hombres y mujeres no sean igualmente capaces de liderar. Estoy preguntando si una regla tan estricta podría llevarnos a pasar por alto las habilidades y experiencias de los candidatos, en favor de satisfacer un requisito de género.

¿No sería irónico si, en nuestro intento por garantizar la equidad de género, terminamos discriminando involuntariamente a los candidatos en función de su género?. En un mundo ideal, las boletas electorales estarían llenas de hombres y mujeres igualmente capaces, presentándose no porque la ley lo exige, sino porque están verdaderamente calificados para el cargo.

Así que aquí estamos, nuestro tándem presidencial será ahora un ensamble de diversidad, una mazurka política. Será fascinante ver cómo esta nueva danza se desarrolla en el escenario. Después de todo, como suele decirse, la política siempre ha tenido un toque de teatro. Y ahora, parece, también se asegura de que todos los roles principales estén equitativamente distribuidos.

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