A ustedes, queridos míos

Positividad tóxica
Personaje lojano

Álvaro Peña Flores

Estar al frente de un proceso educativo, formar parte de ese sistema que cada vez se torna más difícil y complejo de llevar. Tolerar las injusticias de propios, extraños y de quienes deberían velar por su bienestar. Mal vistos, juzgados y siempre vilipendiados. Sin embargo, de pie y al frente del salón, convencidos de que su labor es muy importante para sacar personas de bien, profesionales de excelencia y seres humanos comprometidos con el cambio y el desarrollo del país y del mundo.

Como todo en la vida, hay de todo tipo: buenos y malos, convencidos y no tanto, con vocación y sin ella. Pero más allá de la calidad de cada uno, es digno de admirar el trabajo que hacen, porque muchas veces cambia su papel y pasa a convertirse en un segundo padre, una segunda madre o un verdadero amigo. Muchos los recordamos con la más tierna devoción, otros con bastante aversión, pero cualquiera de los sentimientos que haya generado, implica que formó parte de nuestras vidas y que la cambió por completo, en cuanto a perspectiva, intelectualidad o vocación. Hoy, la coyuntura política, social y económica como siempre esta incierta, en la lucha por sus derechos y por ver convertidos sus sueños y aspiraciones en hechos concretos y reales.

A ti, que amas lo que haces, que crees en tus pupilos, que das más de la cuenta tanto en el aula como fuera de ella, que te esfuerzas por mejorar tu trabajo y que crees que el mismo transforma el mundo y lo hace más humano y sostenible. A ti querido maestro, mi saludo fraterno por ser parte de mi vida y haber sembrado en buena tierra, feliz día. Bendita la hora en que decidiste formar parte del crecimiento y desarrollo de quienes admiramos tan loable labor. Feliz Día Maestro Ecuatoriano.

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