Lo bueno. – La ciudad: casco central, histórico y barrial, con calles y avenidas pavimentadas, adoquinadas, con señalética definida, parterres adornados con flores y plantas en algunos casos iluminados, igual sus parques; dueños de vivienda y edificios utilizando la norma de técnica y embellecimiento que dan un buen aspecto a la ciudad moderna.
Lo malo.- La indisciplina e invasión nuevamente de las veredas de las calles principales por parte de malos ciudadanos como son los vendedores informales o ambulantes que sin importarles el bienestar de los ciudadanos, transeúntes y peatones ofrecen productos de primera necesidad atentando contra la salud en algunos casos por la insalubridad, de sus productos; Igual la proliferación de tricicleros que ofrecen los mismos productos y ocupan las calles atentando inclusive la vida de los peatones que a veces tienen que usar la calle para caminar con el constante peligro de ser atropellados. ¿Qué nos pasa? ¿En qué aportan a la ciudad éstos vendedores? ¿Se ha invertido en mercados, pero no quieren ir entonces?
Lo feo.- En algunos lugares de mi ciudad las fachadas y techos son un atentado visual que debe ser sancionado no es justo que mientras prósperos ciudadanos arreglen sus casas, sus edificios para estar acorde con el embellecimiento de la ciudad y sus calles, otros que solo ven sus intereses personales ejemplo: ubíquese en la Y del Colorado un lugar tradicional, histórico que une a Santo Domingo con el país, encontramos frente al monumento una casa que desde su inicio hace más de cincuenta años sigue igual sucia, desatendida atentatoria a la vista de los turistas y ciudadanos; peor aún un edificio que sus pisos sirven de bodegas y dan un aspecto vergonzoso, su fachada su techo de mal aspecto, solo les interesa hacer plata.
Debería ser controlado por el SRI, la Aduana, la Fiscalía para investigar inclusive la procedencia de los productos que se exhiben.