Legislatura…

Andrés Pachano Arias

Definidos los resultados electorales para la Presidencia de la República, se han acelerado los movimientos, maniobras y estratagemas para obtener una mayoría legislativa que asegure la Presidencia de la Asamblea Nacional y el dominio de su Consejo de Administración; luego el control en sí del ente legislativo. En esa tarea están empeñados los movimientos y partidos políticos que obtuvieron representación en los comicios.

El buscar acuerdos, el intentar al menos coincidir en temas trascendentes, no solo que es necesario, sino que también es lícito, porque el interés nacional está por sobre todo. Pero ese buscar acuerdos debe ser claro, sin ocultos propósitos, no desde los lóbregos rincones del interés particular.

Se anunció en la semana pasada de un acuerdo sorpresivo, lícito desde todo punto de vista; sus ribetes son de una maniobra política muy bien pensada; es el acuerdo legislativo entre la Izquierda Democrática y Pachakutik; su estrategia acorrala al grupo de legisladores afines al gobierno que se estrenará el 24 de mayo, le resta capacidad de maniobra; ¿se obligarán, CREO y PSC a conversar con este bloque?

Pero frente a este acuerdo, por el otro bando hay maniobras oscuras, feas, que la sociedad las rechaza; me permito transcribir un comentario en la red social Twitter, realizado por uno de los asambleístas elegidos y aspirante a la Presidencia de la Asamblea, el doctor Salvador Quishpe, denuncia y escribe: “Indignante esta forma sucia d (sic) hacer política. Primero me piden amnistía pa (sic) Jorge G y otros, y como no nos consiguen; ahora la venganza sacando las demandas dl (sic) correismo en mi contra dl (sic) año 2013. Prefiero quedarme sin la Presidencia de la Asamblea, antes d (sic) caer en estos chantajes”.

Eso de acudir a lóbregos rincones, a oscuras maniobras; eso de llegar al chantaje (lo dice el doctor Quishpe), es opaca y degradante maniobra; práctica deshonesta que históricamente ha cubierto con un velo negro a la política nacional, acción constante que la ha desacreditado.

Pero esta denuncia contiene también una interrogante: ¿cuál el propósito -de ellos- de conversar con el bloque de UNES?; las respuestas son predecibles.