Lasso ante su desafío

Eduardo Chiriboga Aponte

Este 24 asume el poder el hombre que soñó ser Presidente desde hace dos décadas. Y llega en la peor crisis económica, social y sanitaria que hayamos vivido. Llega derrotando a un falso progresismo, que infló la burocracia, pero desbarató la institucionalidad a punta de corrupción generalizada.

Y llega, gracias a un sentimiento mayoritario del país, rechazando un totalitarismo malsano, y a jóvenes con una visión diferente, que optaron por el menos malo. Es decir, con un capital político bastante pobre, que le ha obligado a pactar una frágil mayoría, hasta con un partido de izquierda, que percibió le robaron su paso al balotaje. Para colmo, su natural alianza con el PSC terminó antes de que se sentara en Carondelet, lo que le resta popularidad en la costa.

No obstante, llega con un discurso conciliador, con una agenda de carácter urgente, para sacarnos de esta pavorosa crisis sanitaria y económica, y que ha recibido el respaldo de buena parte del legislativo, y de todo el país, pues su éxito, será el de todos.

Su rechazo a la perversa intención de conformar una comisión de la verdad, que consume la impunidad de quienes saquearon la patria durante 14 años, ha sido bien vista por todo el país. Y está formando su gabinete con figuras ajenas, se espera, a la mentalidad retrograda que nos desgobernó tanto tiempo.

Los aliados y simpatizantes del gobierno, deben refrescar su memoria con frecuencia, que la crisis democrática y moral que padecimos, fue creada por los excesos, pues de políticas de derecha durante siglos. Las élites, olvidan a menudo ese detalle. Que tener un país multirracial y de varias culturas, tiene que ser visto con orgullo y respeto, sentando las bases para que el desarrollo nacional sea horizontal, es decir, que llegue a todos. El mundo de hoy, así lo exige. Lo que implica para el noble Mandatario, un cambio de mentalidad y mayores desafíos.

Ecuador parece haber madurado políticamente. Es hora de ver hacia adelante, pero todos juntos, y de enterrar la politiquería para siempre. Dios lo ayude.

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