Lasso ante la historia

Eduardo Chiriboga Aponte

A pesar de haber puesto a Iza en su puesto, y lograr trasmitirle al país que él va a gobernar haciendo la gestión que el Ecuador necesita, veo al Mandatario algo huérfano de apoyos políticos. Con pocos asambleístas; se fue su compañero Monge; con un par de malas designaciones en ministerios; a Vela se la nota “falta de partidos”; con una oposición que agiganta problemas que ellos nunca resolvieron; poniendo “paños tibios” en el problema carcelario; con un accionar de nuestra justicia que aún da asco; en fin, veo a Lasso apoyado solo en los ecuatorianos que esperan vaya en la dirección correcta, lejos del camino al abismo que los anteriores gobiernos habían irresponsablemente trazado, obedeciendo los designios del Foro de Sao Paulo, y esperanzados en que corrija lo que se debe corregir.

Al país hay que gobernarlo con mano férrea, pues no se puede contentar a todos, más aún, tratándose de un territorio mega diverso y con culturas y etnias muy diferentes. Pero con un autoritarismo que no esconda cobijar solo a las élites, o a una delincuencia organizada, como durante los dos gobiernos anteriores. Es decir, el slogan de campaña “el gobierno del encuentro”, ya no se puede aplicar en la práctica. Hay que escuchar solamente a quienes quieran criticarlo constructivamente, y cuyas visiones vayan en la dirección correcta.

Sin embargo, continúan latentes serios problemas en el agro. La eliminación de aranceles aún no se aplica y fue una medida que necesitaba la eliminación del IVA e ICE para maquinaria e insumos, que siguen por las nubes, y hay ítems que reformular. La reducción de gravámenes a las oleaginosas, atenta contra la producción local, generadora de empleo, por ejemplo.

Pero lo fundamental para el agro, es la regulación de la intermediación. De los 32 dólares por saca de arroz, al productor solo le llegan 9. O sea, no es que, subiendo el precio de esta, tiene que subir el precio al consumidor. Lo que muestra con claridad, adonde hay que corregir en las cadenas de producción. Y el abuso, ojo, es casi en todas ellas.

La justicia social llega sola, si se corrigen atropellos de las mafias. Haga historia, señor Presidente.

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