La victoria de Lasso

Giuseppe Cabrera

El triunfo de Lasso, es la mayor remontada en las historia electoral del Ecuador desde 1978 con el retorno a la democracia.

ya antes hemos tenido candidatos que llegando segundos al balotaje, logran la victoria, este es el caso de Febres Cordero en 1984 contra Rodrigo Borja, el de Bucaram contra Nebot en 1996 y el de Correa contra Noboa en 2006, pero en aquello ocasiones la diferencia entre una y otra candidatura no era más de 3%.

En esta ocasión hablamos de casi 14 puntos de diferencia en la entrada a segunda vuelta entre Arauz y Lasso, esta recuperación en la candidatura de Lasso se explica por muchos factores, entre esos, la llegada de Yaku y Hervas al nuevo escenario político, los votantes que perdió Lasso en comparación a los resultado que obtuvo en la segunda vuelta de 2017 en la Sierra, se fueron a esas dos nuevas candidaturas en la primera vuelta.

Lasso pudo recuperar mucho de ese electorado perdido y, aún cuando obtuvo unos 200 mil votos menos que en 2017, le bastó para superar a Arauz que no pudo crecer en la misma proporción para la segunda vuelta.

Lasso supo hablarle a las agendas pos materiales detrás de las candidaturas de Hervas y Yaku, supo llegar a los jóvenes que defienden la transición ecológica, que piensan en el cambio climático, que votan verde y logró hacerlo sonando coherente.

Hay otro factor importante que permite la victoria de Lasso y es, el aumento del voto nulo, mucha gente que se dejó ilusionar por la candidatura de Moreno, con el “cambio de estilo” y la “renovación”, esta vez ya no creyeron en Arauz y decidieron irse por el nulo ideológico, por el llamado de PK y Yaku, pero también porque sus intereses no se hallaban representados en la segunda vuelta, los datos revelan que dónde mejor desempeño tuvo la candidatura de Yaku, es donde más alto es el nulo.

Ahora a Lasso le queda encontrar grandes consensos nacionales que le den gobernabilidad, sobre todo en la Asamblea donde apenas tiene la quinta bancada legislativa, pero también en la conformación de su gabinete, donde tendrá que demostrar a sus nuevos electores a los que les habló, que esas agendas son también parte del gobierno y no solo de la campaña.