Justicia indígena para Leonidas Iza

Carlos Arellano

Leonidas Iza padece del síndrome de «hubris», un “trastorno psiquiátrico adquirido que afecta a personas que ejercen el poder en cualquiera de sus formas”. Quienes sufren esta enfermedad tienden a transformar su confianza y seguridad en arrogancia y prepotencia.

Este dirigente ganó notoriedad a raíz de su participación en las violentas protestas de octubre de 2019 lo que le permitió convertirse en el presidente de la Conaie.

A través de un discurso provocador que intenta sobreponer la intimidación a la razón, el máximo representante de la Conaie ha demostrado que el poder otorgado por el movimiento indígena le nubló las ideas.

Iza no concibe que la organización que representa no es un Estado independiente, ni es autoridad, ni es gobierno; ni que su ley está sobre la Constitución o los derechos humanos. Es claro que su única intención es atentar contra el Estado de Derecho.

Recordemos que la Conaie fue manipulada por el correísmo para derrocar al expresidente Lenín Moreno. Sin embargo, la actuación de la exministra de Gobierno María Paula Romo evitó que el golpe de estado se cristalice.

A pesar de las distintas ocasiones en las que Iza ha pretendido desmarcarse del correísmo, sus acciones no han podido negar su estrecha relación. Él junto a Rafael Correa coinciden en diversos temas que evidentemente buscan la desestabilización y la ruptura del orden democrático.

Incluso, los partidarios del expresidente Correa defienden al dirigente cotopaxense con vehemencia. A lo mejor, esta afinidad guarda algún pacto del reparto que el tiempo lo confirmará.

Mientras tanto, el poder que ciega a Iza ha provocado que sus compañeros, militantes del brazo político de la Conaie –Pachakutik-, estén inmersos en el juego de la violencia y de la arremetida. Iza pretende juzgarlos bajo su propia ley, incluida a la presidenta de la Asamblea Nacional, alegando traición al movimiento indígena.

Pero, Iza no entiende que el gran enemigo de la Conaie es su propio presidente, quien ha incitado al fraccionamiento del movimiento indígena y de Pachakutik. Leonidas Iza necesita –con urgencia- que la justicia indígena castigue las equivocaciones que la fiebre de poder lo han conducido a cometer.