REPE (repar…) TICION

Jaime López

Al fin el prófugo de Bélgica-  de cuyo nombre, Rafael Correa, si hay que acordarse- estará solicitando, a sus secuaces, una página del Diario El Universo para frente a sus fauces jadeantes, empezar a romperla en pedazos, como alguna vez como protagonista insolente de sus comedias, hizo con el Diario La Hora, haciendo mofa del poco respeto que tenía a los medios de comunicación, que no publicaban las mentiras de la década robolucionaria.

Nadie puede dudar que  a los periodistas autores de su rencor, los hubiera matado o quizá lo ordenó,  pero no le hicieron caso los jueces y tribunales que le dijeron que con la sentencia basta , que firmaron obedientes lo que Chuky  les mandó, con falta de ortografía incluida – intensión por intención- indicando que era suficiente la justa valoración de daño  emergente , lucro cesante.

El Tribunal de Segunda Instancia ratificó la sentencia y luego el Tribunal de Casación en una audiencia controlada por la seguridad de Carondelet y en presencia del Gabinete durante un montón de horas Correa hizo lo que le dio su maldita gana y la ratificación de la sentencia fue el inicio de la fiesta.

Luego de largos diez años la CIDH, declara la responsabilidad internacional de Estado ecuatoriano en la sentencia, por la violación de los derechos a  la libertad de expresión, a los principios de legalidad y otras vulneraciones, por lo que debe cancelar la suma de cuarenta millones a los demandantes.

Nada ni nada menos, suma que debe salir de los bolsillos de los ciudadanos  ecuatorianos, que si no se han dado cuenta todavía, agobiada su comprensión por la contabilidad de tantos robos cometidos en su nombre, pero hay que gritarles en alta voz y con furia, que hay que empezar la batalla  para que los implicados en la repartición de millones de millones, los correístas presos y los fugados, los devuelvan y no nos miren la  cara diciendo ¡estos pendejos, que se creen!

El proceso es largo, eso lo sabemos, pero la repetición debe ser una obligación que todos debemos exigir se cumpla. Como sea. La batalla empezó y no debe ser la única.