Izada del libro

Jaime López

Con la presencia obligada y pagada del hermano, Xavier Lasso, que ha confesado entre comillas su alejamiento de la genética familiar, en el Auditorio de la Casa de la Cultura de Quito, se ha publicitado  un libro que, desde que fue concebido y realizado, intenta convertirse en algo así como un sacramento para aquellos seguidores del octubre que destruyó mucho del Centro Histórico de la querida Quito, Patrimonio mundial, y que su autor ha izado tirando de la cuerda en donde estaba colgado, convencido que lo que allí dice es la verdad que deben seguir los ecuatorianos, sin que esas verdades mencionen el terrorismo, el populismo, el concepto real de la corrupción, sobre todo sin  mencionar lo que ya dejó de ser secreto a voces, que la horda desatada a mansalva fue infiltrada y manipulada, por delincuentes pagados como sicarios, para incendiar la Contraloría y las evidencias para identificar  a los ladrones de los fondos públicos.

El mencionado libro, que no hay que mencionar su título por ética y estética, escrito por el doctor Leonidas Iza, ha sido elaborado utilizando versiones que nada tienen que ver con lo que realmente pasó en muchas ciudades del país, que ocultan secuestros producidos e intentos de violaciones, documentadas por los videos de prensa, cuya rememoración indigna ya que  los protagonistas que los cometieron no han sido castigados como merecen, porque a esos si ,  apelando a lo que alguna vez dijo uno de sus ídolos, la historia no los absolverá.

El ciudadano Iza ha aprendido el uso de expresiones tan difíciles  de entender y que a la final no dicen nada, que revelan que todavía no aprendió a domar las palabras que acumuladas en su pequeño tractor no han llegado desde la chacra al territorio común donde estamos quienes si sabemos perfectamente lo que es la corrupción, que no es solo apropiarse ilegalmente de recursos ajenos, sino también promulgar argumentos de oposición que no tienen un ápice de sentido común que demuestren su condición de  ser un verdadero ciudadano.