Investigación patriótica

Resulta indiscutible e innegable que el trabajo realizado por el asambleísta Fernando Villavicencio es loable cuándo rompiendo todas las barreras obstaculizadoras de las investigaciones sobre los atracos a los intereses del país, penetran los laberintos de la corrupción con la espada de entereza, dando cumplimiento al mandato de sus funciones.

No hay duda que ha ido a lo más profundo de las tramas delincuenciales que saquearon al país. Gracias a su entrega con responsabilidad y honestidad, logró llegar al fondo del abismo oscuro tétrico, con voluntad y tesón, arriesgando incluso su propia vida, como sucedió en los gobiernos de la robolución.

Sabemos que Villavicencio ha sido una de las tantas víctimas de ese gobierno despilfarrador de los fondos públicos, receptor de coimas, contratos “chimbos”, aliado del narcotráfico, por haber eliminado la base de Manta y direccionar el consumo con su famosa tabla de consumo de drogas, como si hubiese sido empresario de la venta de estupefacientes a manera de mayorista.

El pueblo no olvidará nunca los negociados del petróleo, los sobornos de Oderbrecht, los helicópteros, los radares chinos, Yachay, Pegaso, hidroeléctricas, los fondos de la policía, Refinería del Pacífico y de Esmeraldas, las famosas sabatinas, etcétera, etcétera, etcétera.

De la misma manera, la historia ecuatoriana no borrará jamás de su memoria colectiva que determinó que, en estos gobiernos demagógicos, populistas y autoritarios, se cometieron los saqueos más grandes y espeluznantes, que representaron miles de millones de dólares.

Hoy los murciélagos de la oscuridad, enfermos de rabia inaudita, han pretendido minimizar las investigaciones de Villavicencio. Estas bandas de trúhanes han montado un andamiaje con sartas de mentiras, de farsas, de agravio, con el fin de evitar que las investigaciones sean tomadas por la justicia y pasen a ser pruebas irrefutables que mandarían tras las rejas a una bandada de buitres carroñeros.

Las investigaciones realizadas por Villavicencio son sin duda alguna un sustento patriótico y al mismo tiempo encontramos una férrea voluntad y dignidad probada con un sustento innegable que lo hacen merecedor a un reconocimiento del país, por servicios a la patria.