¡Estamos manejando como bestias!

Juan Francisco Mora

¿Qué nos pasa? ¿Qué le ocurre a nuestra sociedad que está olvidando todas las reglas de tránsito?

De pronto, al semáforo en color rojo se lo transforma en una señal de ‘ceda el paso’ porque muchos conductores ya no se detienen; únicamente bajan un poco la velocidad y si no viene un auto por la otra vía,  arrancan y se olvidan que el semáforo en rojo significa detenerse por completo.

Hace un par de semanas se hicieron virales en redes sociales las escalofriantes imágenes de un motociclista que irrespeta dos semáforos en rojo y termina embestido por un bus. Impactante. Clara evidencia de cómo el significado de las Leyes de tránsito se está haciendo ‘relativo’ según cada conductor.

Igualmente sucede con los límites de velocidad, tanto urbanos como en carretera. Son pocos conductores quienes autolimitan su velocidad y procuran mantenerse en los rangos moderados; es evidente que para una mayoría no hay límites, burlan hasta los radares y no tienen consciencia de las catastróficas consecuencias de un accidente.

En carretera,  resulta que los autos que viajan dentro de los límites permitidos son los que deben ir por el carril de los más lentos, porque las vías se han convertido en pistas de alta velocidad sin ningún tipo de control. Súmele que ya no hay radares en carretera y el resultado son espeluznantes accidentes que cobran vidas (muchas veces de inocentes) y destrozan los sueños de los sobrevivientes.

El vehículo sobre el peatón: de pronto el sentido de circulación en calles y carreteras privilegia (por las buenas o las malas) a los autos, dejando indefenso a ciudadano que camina y cuya única ‘carrocería’ es su propio cuerpo.

¡Reaccionemos! Vivir en comunidad implica tener respeto por la vida, las reglas y el sentido común. Privilegiemos una conducción prudente, amable y cortés, en la cual el ciudadano ‘de a pie’ es la prioridad.