Por: Orlando Amores Terán
Escucho apreciaciones acertadas para un país normal; pero Ecuador, desde la década infame es un país infiltrado por grupos vinculados al narco-terrorismo; y eso, no es normal. Si no se parte de esa premisa, los análisis devienen eufemismos que provocan la consolidación del narco-terrorismo. ¿Cuándo vamos a entender que estamos en guerra? El enemigo es interno, habita entre nosotros, tiene una sola consigna: sabotear, a fin de recuperar el poder. ¡Estamos en guerra! El enemigo interno no va a desistir porque se reactive la economía, se genere trabajo, bajen los intereses, se supriman aranceles, se estimule la inversión, se dinamice la producción agropecuaria.
¡No! ¡No! ¡No! Le interesa un comino partido por la mitad el progreso, la estabilidad. El narco-terrorismo quiere apropiarse de Ecuador y América. Para derrotarlo, la respuesta es jurídica y estructural: por Consulta, con las preguntas aprobadas por la CC en Dictamen 7-19-RC-19 que eliminan el narco-Estado instaurado en Montecristi; por reforma al COIP para que no cometa infracción quien mata o hiere en defensa de su integridad, de otra persona, de sus bienes propios, ajenos o públicos; por autorización de porte de armas; por reeducación a la fuerza pública en contrainsurgencia, hasta que entiendan que socialismo del s.XXI, «progresismo», no es populismo, no es izquierda, es narco-terrorismo, al que no deben subordinarse ni rendirle honores, sino neutralizarlo; por reactivación de servicios secretos profesionales, autónomos, independientes del poder político; por estructuración de una base social que sostenga la democracia, a través de Frentes de Defensa de la Libertad.
Sólo entonces, servirán las medidas de reactivación económica, generación de empleo, dinamización agropecuaria, que deben adoptarse al mismo tiempo que la reforma jurídica, reeducación de la fuerza pública y organización social.
¡Estamos en guerra contra el narco-terrorismo internacional! Si eso no entendemos, perderemos el país, como sucedió en Argentina, Bolivia, como sucederá en Chile, por la cobardía de Piñera y el sometimiento de sus FFAA, al poder político timorato.