Tareas urgentes de Lasso

Eduardo Chiriboga Aponte
Eduardo Chiriboga Aponte

Los 100 primeros días del gobierno corren. La gente buena luce esperanzada, y los otros viendo cómo boicotearlo; pero la gran mayoría, no solo de ecuatorianos, sino de latinoamericanos, esperan una excelente gestión, pues de haber sido una isla de paz, hoy tiene que llegar a ser el país que más progrese en libertad y en democracia.

El primer paso, su plan de vacunación para la reactivación económica, pero sin olvidar, que antes de la pandemia, nuestra economía ya estaba deprimida. Por lo que, habrá que tomar severas medidas para, en verdad, activar nuestro desarrollo, a sabiendas que hay una oposición ignorante, corrupta y manejada desde el Foro de Sao Paulo, que le apuesta al fracaso de Lasso, para la consolidación de un narcoestado, usando como fachada al socialismo, lo que sería el triste ocaso de las libertades en el subcontinente.

Sanear las cuentas del Estado, no solo pasa por eliminar subsidios y renegociar deudas, sino por erradicar la generalizada corrupción en un país que no respeta la ley, pues sabe que las riquezas y recaudaciones desaparecen, génesis de la viveza criolla, acostumbrada al paternalismo de los gobiernos, que desde el 2007 están llevando al pueblo hacia la división, el odio al que progresa, además, quiere todo gratis. Y cambiar la mentalidad del facilismo, será complicado.

Y esta tarea, tiene que ir con la eliminación de aranceles e impuestos, no su disminución, para insumos y bienes de capital, acompañado de una severa regulación de la intermediación y ganancias desmedidas de las industrias agroexportadoras, en desmedro de la rentabilidad del agricultor, y de urgentes reformas laborales, para que el pastel sea dividido en partes más equitativas. Es decir, combatir las mafias criollas que nos atan al tercermundismo.

Para ello, Lasso tiene que leer más las redes sociales, antes que los sesgados informes de sus asesores, y corregir ciertas designaciones de correístas camuflados, cuya misión es manejada desde afuera. Más claro, el agua. Y si don Guillermo no leyó esto, a comprarse una boina roja para el 2025 mis amigos.

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