Radiografía del País

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE
EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Cuando un tercenero, con una inversión sin riesgos y mil veces menor que la de un ganadero, obtiene en un par de días, más ingresos que el que demora años en criar su ganado, y afrontando innumerables problemas laborales y sanitarios. Cuando el dueño de una tienda vende el kilo de maracuyá a un dólar, mientras al productor, que se rompe el lomo trabajando y batallando con un sinnúmero de plagas, apenas recibe 22 ctvs. Que el productor de plátano reciba hasta a menos de un dólar su racimo, cuando al público lo expenden a 3. O que el próspero propietario de un almacén de insumos agropecuarios obtiene gigantescas utilidades, expendiendo insumos que deberían costar la tercera parte; nos muestra con claridad, que algo no está bien estructurado en las cadenas productivas del sector agropecuario. ¿Dónde quedó la rentabilidad del agro y el respeto al productor?

En el sector de la salud, las farmacéuticas obtienen utilidades descomunales, se compran insumos con sobreprecios, desparecen genéricos, y proliferan farmacias en cada esquina, evidenciando que trafican con la salud del pueblo, hasta en medio de una pavorosa pandemia, confirma que la maliciosa y elitista estructuración de las cadenas productivas, son el cáncer para el progreso de nuestra sociedad en su conjunto.

Y las mafias criollas, que controlan esta “sinvergüencería legalmente organizada”, socias tras bastidores de muchos gobiernos, y allegadas temerariamente hasta al mismísimo Contralor, y con la venia de una justicia, que castiga de la misma manera al quien roba un celular o varios millones de dólares del pueblo ecuatoriano, nos da como resultado el país que tenemos. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?

Esos pocos ejemplos, ilustran las inocultables taras que algún gobierno decente tendrá que remediar. Poner la mira en petróleo, minería, energía y telecomunicaciones, como se ha anunciado, que no tienen un encadenamiento productivo representativo detrás, no soluciona lo micro, que reagrupa a la enorme mayoría de micro Pymes del país.

Y Lasso sabe que no es cuestión de ideología política, sino de tener la visión correcta y honestidad mental.

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