En campaña

Freddy Rodríguez García 

A tres semanas de las elecciones, los candidatos a la presidencia nos ofrecen cualquier cosa, con la finalidad de alcanzar nuestro respaldo. El fin de semana pasado 14 candidatos asistieron en dos grupos a un debate transmitido por televisión, organizado por diario El Comercio. Dos candidatos rehusaron, quizá aplicando la lógica irrefutable que aconseja no hablar para no decir barbaridades, pero no podrán eludir este fin de semana el debate obligatorio organizado por el CNE.

El evento no dejó de tener cosas curiosas, propias de nuestro folclor político, algunas derivadas de la escasa preparación de los candidatos, otras de su audacia, o de lapsus atribuibles quizá a la tensión y al nerviosismo.

Como siempre sucede, la sociedad debate sobre la verdadera utilidad de los debates, y allí las opiniones van desde quienes piensan que no sirven para nada, pasando por otros que creen que en algo ayudan para conocer a los candidatos, y finalmente aquellos que consideran que estos foros constituyen un aporte fundamental dentro del convivir democrático.

La existencia de 16 candidatos a la presidencia, y el formato escogido por los organizadores, no contribuyó demasiado a una confrontación de ideas y, como ya lo advirtió en este mismo espacio mi compañero editorialista y gran amigo Andrés Pachano, asistimos a un recital de propuestas, algunas coherentes y otras estrambóticas, sin la posibilidad real de ejercer el derecho a la contradicción, e inclusive a la objeción, de aquellos planteamientos que lucen del todo irrealizables.

Varios agudos analistas políticos consideran que los ganadores del debate fueron precisamente los que no asistieron, y así evitaron cometer algún desliz que les haga perder votos.

Algo que resultó absolutamente chocante a la decencia y al sentido común, fue ver que el CNE autorizó una publicidad cuyo protagonista es un ex Presidente prófugo de la justicia, con una condena en firme por corrupto; ventajosamente la autoridad electoral ya corrigió el desafuero y suspendió esa cuña. Esperemos el foro del fin de semana, para saber si algún candidato nos sorprende con la fórmula mágica para alcanzar la felicidad.