El rey desesperado

Rocío Silva

No se entiende porque el Partido Social Cristiano, que se presenta como una organización transformadora y democrática, tenga como presidente vitalicio a  Jaime Nebot, lo cual, dista mucho de su  tan mentada condición democrática, posiblemente, muchos de los Social Cristianos soñarán con que un día Nebot abdique a la usanza de la reyes europeos.

Hasta que ese imposible suceda, Nebot seguirá lanzando fuegos pirotécnicos, como la propuesta de un modelo de Estado Federal, que aplauden y defienden sus pocos lacayos, bajo el único argumento que, si viene la propuesta de Nebot, está muy bien lograd. Pero, ¿Qué mismo se trae entre manos el presidente vitalicio?, con sus nuevos socios logró sacar de la segunda vicepresidencia a Yesenia Guamaní de la ID, será que lo que viene es la toma de los organismos de control, ¿Qué beneficios logra Nebot en el manejo del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social?

Todavía se conserva en nuestras retinas y memoria la imagen vocinglera y altanera del social-cristiano Luis Almeida, quien defendía con garras y colmillos, la permanencia de su sobrina como presidenta del CPCCS, y cómo no iba a hacerlo, si hay mucho en juego, y no hace sino cumplir a rajatablas las órdenes del patriarca Nebot, quien vocifera sobre un pacto social de carácter nacional, discutido a profundidad, sin sectarismos, para adaptarlo a las necesidades y realidades de todos, mientras une hombros a media noche con los especímenes más sectarios que ha producido el Ecuador en los últimos años Iza y Correa, o quienes los sustentan en sus intenciones desestabilizadoras y con prácticas sectarias y de extrema violencia.

Los fortines de gobiernos seccionales del PSC, están en juego, resulta muy inciertos los escenarios de reelección, o la recuperación de espacios que en las elecciones 2019, se perdieron de esa tienda política.  Nebot, el presidente vitalicio, habla y critica todo, pero no da caminos de solución al Gobierno, hace juegos de números y cálculos, recurre a la gazmoñería clientelar, sus palabras se ubican en el ideal del rey vitalicio, que desconoce la debacle económica producida por los paros y pandemia.

[email protected]