El poder del dinero…

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ
JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

Desde los inicios de la sociedad organizada, cuando dejamos de ser nómadas, luego pasar a ser familias establecidas en territorio; el descubrimiento de la agricultura, que determinó la gran acumulación de productos agrícolas sobrepasando las necesidades familiares. Vino el trueque; y de acuerdo con los criterios de la economía política, se definen dos grupos sociales, los que poseían grandes cantidades de terrenos, y los que no poseían nada, más que sus manos para trabajar al servicio del moderno terrateniente.

Se crea la clase dominante llámese como se llame, terrateniente, burgués, esclavista, etc.; luego llegamos a la acumulación de inmensos capitales, los cuales se diversifican en industrias, comercio, y los grandes intermediarios los banqueros, se inventan el artificio de ser agentes de intermediación financiera, pagando intereses a los ahorristas.

Atrás de la banca, o en la mayoría de estos, están grandes corporaciones, dueños de industrias, de medios de comunicación, políticos; los que tienen en definitiva el poder absoluto, al servicio de su propio interés. No se conforman con ser dueños de miles de hectáreas de terrenos, tener inmensas cantidades de dinero, industrias, comercio; para garantizar sus bienes y propio sistema capitalista, se apoderan del poder político, controlan los poderes del estado, como Asamblea, poder judicial y poder ejecutivo.

Pero lo más grave, que teniéndolo todo en sus manos, su ambición por amasar más fortuna, los convierte en ladrones de cuello blanco, así tenemos los grandes atracos bancarios, sólo para referir los últimos tres casos de robos ocurridos; desde la época de Oswaldo Hurtado, cuando descaradamente, con el argumento de sucretizar las deudas entregó ingentes cantidades de dinero del banco Central a la banca privada, luego el asalto del feriado bancario, los banqueros se robaron todos los fondos de los ahorristas, dejando en la mayor pobreza a la clase media, y por último en menos de dos décadas el señor Rafito endeudo al país en cifras astronómicas; y ahora el inefable señor Lasso pretende vender todas las empresas públicas como petroleras, eléctricas, puertos, etc., para beneficiar obviamente a los ricos. No a las privatizaciones.

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