El lenguaje

Delia Steinberg Guzmán

Muchas veces nos hemos preguntado cuál es el valor del lenguaje…
Aceptamos cómodamente la definición de que el lenguaje es una forma de expresión vertida hacia el exterior de nuestro mundo interior, pero aceptada esta definición, nada hacemos para comprobar si es verdadera o si, por lo menos, no siéndolo, podemos tornarla verdadera.

Para que el lenguaje sea una expresión, debe expresar algo, y el gran conflicto comienza cuando nos preguntamos a conciencia si tenemos algo que expresar… Por lo mismo que somos hombres, y aún aspiramos a ser Hombres, no se trata simplemente de expresar lo que podrían hacer los animales o las plantas, sino de encontrar una expresión que nos caracterice como lo que somos: como humanos.

De ahí la enorme importancia que tiene el cuidado y embellecimiento de nuestro mundo interior, ya que en él se gestan los elementos que luego habrán de ser expresados a través de múltiples formas de lenguaje.

Decía el emperador-filósofo Marco Aurelio, que el hombre debería pensar de tal manera que si en cualquier momento le preguntasen por sus pensamientos, pudiese responder de inmediato y sin avergonzarse… Eso revela, en primer lugar, el cuidado del mundo interior que antes mencionáramos, en el sentido de no dejar florecer ninguna hierba ajena al jardín de nuestro Yo superior; y en segundo lugar se refiere asimismo al embellecimiento de estos jardines, pues a estar con Platón, todo lo Bueno, todo lo Justo, ha de ser igualmente Bello. La inarmonía exterior es fruto de una inarmonía interior. Si nuestros gestos y palabras son torpes y antiestéticos, es señal de que expresan otro mundo de torpeza y ausencia de belleza.

Nueva Acrópolis