El informe a la nación

Giuseppe Cabrera

Plagado de lugares comunes y frases publicitarias de época de campaña es como se presentó el informe a la nación el presidente Lasso. Siendo honestos, tampoco es una novedad, con nuestro modelo institucional, en realidad ese informe debería ser un careo con los jefes de bancada, planteado preguntas en función a su representación en el legislativo, para hacer una verdadera sesión de control al primer mandatario. Quienes fueron presidentes antes de Lasso desde el modelo de la Constitución de 2008, también exageraron en sus discursos, relatando un Ecuador que no existe, algunos un poco más cerca de la realidad y usando el momento, para definiciones políticas y, otros exagerando nuestra situación, como en el caso de Lasso, que habla de un país que nadie conoce.

El presidente, en el plan político-institucional, buscó bajar la tensión con la Asamblea y sus autoridades y tender nuevos puentes de confianza para lo que queda del periodo legislativo electo en 2021 (no digo Llori, porque sus días están contados). El presidente admitió haber dinamitado la posibilidad de generar una relación sana con su contrapeso natural y se retractó de sus declaraciones de gobernar sin el parlamento, así que sepultó definitivamente la idea de la muerte cruzada. Sí, lo más probable es que lo hice, por lo que, hace tiempo afirme en estas líneas, Lasso no tiene el capital político para ir a una muerte cruzada y, al día de hoy, tampoco a una consulta popular, de ahí que hayan renunciado a la reestructuración del sistema político, que en un primer momento estuvo sobre la mesa, con por ejemplo la eliminación del CPCCS pero, hoy, esa idea ya ha sido descartada con sus declaraciones, que hacían alusión a que no es necesaria una nueva Constitución o sistema para mejorar la calidad de vida de las personas.

Sobre seguridad no se admitió los graves errores que han tenido, que nos han hecho perder uno de los derechos primarios: la libertad, sí, la libertad de caminar por las calles sin miedo. Las razones de la inseguridad son multicausales pero, sin importar de quien sea culpa, sí es responsabilidad de Lasso como presidente, solucionarlos. Lo esperamos ahora es: más gestión y menos discursos.