Ejercicio de civilidad (I)

Pablo Balarezo

“Nuestra sociedad debe hacer lo correcto y posible para que las personas mayores no teman a los jóvenes ni sean abandonados por ellos, ya que la prueba de una civilización es la forma en que se preocupa por sus miembros indefensos”. Pearl S. Buck. Educando la mente de las nuevas juventudes, comprenderán la interioridad de percepciones de seres civilizados sembrando sabiduría, obtenida a través de experiencias de vida, voluntad férrea, asumiendo el paso del tiempo, aportando con generosidad total, costumbres, conductas edificantes, inteligentes, categóricas. Sociedad civilizada es inspiración en el cuidado a niños, ancianos, enfermos, es buen augurio para la nueva juventud con libre albedrío, con responsabilidades tomadas con seriedad, firmeza, inspirando no creer, que las personas mayores deben ser arrinconadas, porque, en nada contribuyen. Envejecer con dignidad es hermoso, mientras, el reloj de la vida sigue su curso, jamás se arruga el alma, por el contrario, trae nuevos desafíos, salud, metas, proyectos, deseos.  “Me molesta cuando las personas dicen, ‘incluso si eres anciano, ¡puedes ser joven en el corazón!’ En esa frase bienintencionada se oculta un supuesto cultural profundo de que ser anciano es malo y ser joven es bueno. ¿Qué hay de malo en ser anciano en el corazón? Me gustaría saber. ¿No te gustaría ser amado por personas cuyos corazones han practicado amar durante mucho tiempo?” Carl Jung, psiquiatra y fundador de la psicología analítica, observó, “Un ser humano no llegaría a los 70 u 80 años si esta longevidad no tuviera ningún significado para la especie a la que pertenece. La tarde (y la noche) de la vida humana también debe tener un significado propio y no puede ser simplemente un apéndice lamentable para la mañana de la vida”.