Ejemplo legislativo

CARLOS CÉSAR CONCHA JIJÓN
CARLOS CÉSAR CONCHA JIJÓN

Si calificamos el trabajo del legislador Fernando Villavicencio, como presidente de la comisión de fiscalización y como periodista de investigación, podemos decir sin equívocos que su investigación está revestida de pundonor y eficacia, cubierta además con la luz de la verdad, clarificado en el documento entregado a la colectividad ecuatoriana y en especial a la justicia, en donde devela una cadena interminable de perversidad, forjada por los arquetipos del crimen organizado, bajo la bandera de la emblemática robolución.

Villavicencio, inteligente, cargado de voluntad y afán de servicio, llegó a destapar la máxima podredumbre de inmoralidad del Mashi y su ejército rebosante de perversidad delincuencial, junto a sus aliados internacionales.

Villavicencio ha sido objeto de una persecución implacable, forjada por las huestes asalariadas del correísmo, que no respetaron ni la privacidad de su hogar; sin embargo, más pudo la fuerza de su espíritu libre cargado de fe y esperanza en su lucha defendiendo los nobles intereses de la Patria.

Reunió una cantidad inmensa de documentos, que han sido entregados a la función judicial de Colombia, Estados Unidos, Panamá y Ecuador. Lo que permitirá que sus investigaciones de verdad absoluta sean pruebas irrefutables, para lograr condenas a muchos maleantes y trúhanes, como:  Saab, Correa, Arauz y otros tantos mafiosos infectados por la ambición y el contubernio en una trama delictiva.

Hoy los acólitos de ese entramado delictivo y obedientes serviles del prófugo de la justicia, pretenden con argucia preñada de mentiras desvirtuar las investigaciones de Villavicencio, sin ningún argumento, mas sí han preparado una artillería inicua llena de impotencia, con pólvora mojada, que ha caído en saco roto por su propio peso.

Las investigaciones realizadas por Villavicencio son extraordinarias, como beneficio al País, contundentes e irrefutables con un conjunto de hechos comprobados y una investigación seria. Las voces destempladas de una oposición ciega, han caído estrepitosamente, porque tiene el objetivo de tergiversar los hechos y la verdad a más de esgrimir argumentos deleznables, que no merecen ser tenidos en consideración.

Considero, sin fanatismo, ni prestar favor alguno a Villavicencio, que es hora de defenderlo de los viles ataques de un grupúsculo de asalariados y más bien propender que por su trabajo se le otorgue un reconocimiento al mérito cívico.