Decisión colombiana

Iván Paredes

El pasado 26 de junio,  los ciudadanos de la hermana República de Colombia tomaron una decisión que da un giro de 180 grados a su futuro político, esperando que haya sido la mejor, por el bienestar de aquel vecino amigable, alegre y cordial; y, por supuesto, por el nuestro al tener ese laso geográfico, histórico, afín y hasta genético que nos hace inseparables.

El economista Gustavo Petro fue electo con el 50,44% de votantes, conjuntamente con la abogada Francia Márquez como vicepresidenta de la República, y quien es defensora de los Derechos Humanos, del medio ambiente y la naturaleza, mujer negra de descendencia afrocolombiana, ganadora del Premio a los Derechos Humanos (2015) y el Premio Goldman para el medio ambiente (2018), entre muchas otras distinciones.

El principal reto del nuevo gobierno es buscar la paz e integridad de sus habitantes, que durante mucho tiempo Colombia ha adolecido de este mal, tanto por grupos guerrilleros que se formaron como los paramilitares que han estado en constante combate; otro de los grandes desafíos es la frontera colombo-venezolana, donde se han producido constantes luchas, enorme mercado negro y la migración, en especial, de venezolanos hacia su territorio, convirtiéndose en delicada situación, a pesar de tener un pensamiento político similar, no existe comparación con el señor Maduro. Lo bueno, esperanzador y saludable, es la defensa a favor del medio ambiente y la lucha contra el extrativismo, en lo referente al recurso petrolero, y el control minero. La reforma agraria, una mejor redistribución de las tierras e incentivar a los medios de producción es su objetivo que, esperemos cumplan, así como, atención a los pueblos indígenas colombianos. Les auguramos un buen camino a Colombia, y a todos los países de Latinoamérica, porque el bien-estar de uno es la alegría de todos, y que se acaben las disputas y amarres políticos que no conducen al progreso de los pueblos.