Crisis de gabinete

Giuseppe Cabrera

El Gobierno ha sufrido varías bajas en la última semana, bien por renuncias “voluntarias” o salidas por diferencias irreconciliables con la visión del Gobierno hacia el futuro. Lo que queda queda claro es que, todas esas salidas y reestructuraciones ministeriales configuran una crisis de gabinete, que era previsible ante la falta de experiencia y experticia por su equipo, que más allá del plan de vacunación no ha tenido un solo éxito.

La última crisis de gabinete que ha sufrido el Gobierno Central le significa por un lado, un reconocimiento de sus errores y un nuevo aire en cumplimiento de su plan de gobierno.

La crisis de gabinete se ha dado principalmente por dos razones, por un lado una reconfiguración de fuerzas a la interna de los grupos que integran el poder político en el ejecutivo, pues, Lasso no gobierna no solo y existen círculos de influencia en el ejercicio de su cargo, a saber, la extinta democracia popular, los fundadores de CREO y la élite empresarial guayaquileña, por eso, conecto esta crisis con la salida de la Ministra de Gobierno Vela hace un mes, como punto de partida de este cisma, por otro lado, creo que también estamos ante un reposicionamiento del marco ideológico del ejecutivo, pasando de una agenda más abierta, plural y liberal en lo social de la campaña de segunda vuelta de Lasso a un posicionamiento más conservador y con menos espacio para la diversidad.

Lo que le queda al Presidente Lasso ahora, es fichar en su gobierno hacedores de políticas públicas, que vengan de exitosas gestiones a nivel local o en anteriores gobiernos, así como gente de la academia dedicada al análisis y diseño de políticas públicas, el país ya no aguanta más improvisación y, si este gobierno no mejora, nos vamos a hundir con él.

Aunque, la verdad es que este país no se va a arreglar en cuatro años y por un gobierno, el que sea, sí, hay opciones menos malas pero, al final, son solo soluciones parche. El Estado de bienestar no se construyó con la socialdemocracia, sino con el consenso con democristiano, liberales y socialistas que estaban de acuerdo en ciertas líneas comunes que les dan lo que hoy disfrutan. Pero, no estamos listos para esa conversación.