Corrupción latente

CARLOS CONCHA JIJÓN
CARLOS CONCHA JIJÓN

Con el triunfo de Lasso considero que la orquesta sinfónica de la corrupción perdió definitivamente a su director, como también el ritmo de la toma y daca identificado como soborno que estuvo promovido por varias orquestas del delito, como la sonora del lleve, manejada estruendosamente por grupos organizados de delincuencia criminal, según las sentencias dictadas hasta hoy.

El oro maldito, que alguna vez se llamó al petróleo, no solo por los daños al medio ambiente, destruyendo la biodiversidad, sino también por el daño a la mente de algunos que se dejaron seducir por los dólares y direccionaron los negociados por caminos delincuenciales.

Hoy por investigaciones en los EEUU se ha llegado a saber que hay peces gordos y empleados de empresas estatales del Ecuador, a más de tramitadores, que fueron descubiertos en actos de sobornos y otros delitos que quedaron como simples denuncias a pesar que se suponía un lleve de 4 dólares por barril.

Estas investigaciones permitieron determinar que funcionarios del Gobierno ecuatoriano habían recibido un valor superior a veintidós millones de dólares entre el año 2012 y el 2020. También se ha descubierto una conspiración de sobornos y lavado de activos para pagar a funcionarios ecuatorianos. Está prácticamente probado que en el país hace muchos años durante los gobiernos de Correa el oro negro alimentó la avaricia y los estómagos de los buitres carroñeros, que danzaban malévolamente en un reparto de millones de dólares.

Hoy hace falta en el país una profunda investigación sobre la base de las investigaciones realizada en los EEUU. Por lo tanto, cabe entonces la actitud positiva del nuevo gobierno para continuar con las investigaciones para conseguir la recuperación de los millones recibidos por la delincuencia.

También considero que la actitud, la disciplina fiscal y la honestidad que debe tener el nuevo gobierno, será positiva en la búsqueda de una conciliación nacional, que permita abrir nuevos horizontes de progreso e iniciar una verdadera batalla contra la corrupción imperante.

CARLOS CONCHA JIJÓN