¡Corre que te coge!

Kléver Peñaherrera

Los partidos y movimientos políticos, luego del pronunciamiento emitido por la Corte Constitucional, en relación a la inadmisibilidad de las demandas de inconstitucionalidad del decreto presidencial en el que se declara la muerte cruzada, se han visto en la apremiante necesidad de organizarse al apuro para participar en las nuevas elecciones; y por supuesto, han empezado a escucharse los comentarios, verdades y falacias, ante los posibles candidatos a presidente y asambleístas.

De seguro a pocos ciudadanos nos importa el quehacer político, la gran mayoría, no tiene el mínimo interés sobre esta situación, por lo que de seguro llegarán a las urnas a tomar una decisión ese momento, más cuando se ha indicado que esta vez, la campaña política será de ocho días; y mi pregunta es: ¿quién puede en un periodo de ocho días darle a conocer a los 451.263 electores de Tungurahua sus propuestas?; o, ¿qué candidato presidencial tendrá la posibilidad de visitar todas las provincias en el tiempo señalado? De seguro la respuesta es ninguno y esto debe preocuparnos.

Se empiezan a escuchar alianzas que no tienen el mínimo de sentido, en su concepción ideológica, los de derecha, los del centro y los de izquierda ahora se han convertido en mercados de casilleros, donde el mejor postor es quien tiene la posibilidad de ser candidato para aspirar a conseguir el aprecio popular y una curul en el gobierno nacional; a eso se ha reducido este proceso electoral, que no permite avizorar una mejoría para nuestro país; y por supuesto, los condicionamientos a los posibles candidatos, serán el as de la manga en miras de la “gobernabilidad” ya en el poder.

 Este “corre que te coge” es una muestra más de la necesidad profunda de transformación que requiere nuestra legislación y nuestra política, no podemos jugar de esta manera tan absurda, con la estabilidad social y económica de las y los ecuatorianos, somos una nación resiliente, pero ¿hasta cuándo este manoseo político permitirá que el Ecuador se retome el camino del desarrollo realmente?